Imaginarte que estás en un bar, medio ebria, hablando de
conversaciones imaginarias con personajes reales pero imaginarios, que existen
en la vida real pero que nunca has conocido y que no saben de tu existencia.
Decirles que necesitas olvidar algo que pasó esa noche pero
que no sabes que es. Decirles que necesitas un trago y que te gusta el tequila
puro. Decirles tu nombre agregando un saludo forzado. Decirles que necesitas
más trago y un abrazo, que te lo dan y que de repente te das cuenta que todo lo
que está pasando en realidad no esta pasando y que simplemente estás
conversando con un cuarto vacío y cómo le explicas a la nada que el saber que
esa conversación nunca va a pasar es lo único que puede regresarte a la
realidad de la nada, a escribir esto, a documentar una conversación de
borrachos que supuestamente debías haber olvidado.
Justo hoy, cuando imaginaba que escribía de nuevo en el
blog.
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