lunes

1999

¡Cállate!- dijo Julio, quería decir más que eso pero las palabras se atoraban en su garganta, sintió que a pesar de su enojo los sentimientos seguían guardados bajo ese manto sosegado que le caracterizaba. Desde el incidente en la ventana nada fue como antes. Los dos parecían distantes, como separados por un mar que ninguno de los dos conocía pero que ambos habían llenado. Sus gargantas estaban secas, marchitas, llenas de palabras que no salían pero que hacían que las voces se opacaran y los estómagos dolieran. Duele pero el amor es así, ninguno quería dejar ir al otro pero a la vez querían estar lo más lejos posible entre si. Habían buscado y descubierto. Habían volado y soñado. Siempre se encontraban y habían llegado a la conclusión de que así debía ser.

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