sábado

arác.nido


Soy una araña. Te envolveré en mis tejidos de hilo pegajoso y te atare a mi. Puedo sentir tu cuerpo muy cercano al mio y hasta ahora no has hecho nada para liberarte. ¿Me temes? No. Temes estar lejos de mi. Temes ser libre. Temes ser y estar. No cuestionare tus actitudes. No me incumbe, tampoco me importa. Dejaré de ser esa extraña peluda de colores oscuros que subía por tus brazos y te aterrorizaba de golpe. Jamas quise serlo pero en eso me convertí y hasta hace poco me creía incapaz de volver a ser quien era antes. ¿Por qué sigues ahí? ¿Por qué ya no te mueves ni un poquito? ¿Es el veneno? ¿Será el veneno? mi veneno ¿Amarte? ¿Odiarte? ¿Cuál te afecta más? Me detestas y entonces empiezas a moverte, dentro de ti tus órganos se pudren y tu cuerpo emite un olor asquerosamente agradable. Te amo. No lo puedo evitar, no puedo evitarte, tampoco evitarme. De mis poros caen gotas de sudor y de mis ojos gotas de dolor. ¿Qué tan incomodo te resulta esto? A mi ya no me gusta nada. Muerdo, pincho, clavo, lamo, saboreo, trago, te sigo amando.

Sigo siendo la misma araña solo más gorda y más lastimada.

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