miércoles

No pudo


El silencio me habla. Susurra en mi oído palabras de consuelo mientras me mira en mi tristeza. Si mis lágrimas hablaran, me dirían que deje de llorarlas, que no vale la pena, que no se siente bien. Te veo y mis pupilas te siguen hasta cuando es posible seguirte, mis pies se mueven por inercia tras de ti pero antes de que me dé cuenta ya no hay nadie, ni tu ni yo, los dos dejamos de existir. Mi alma se disolvió en el viento y la tuya se mezclo con la de alguien más. En este punto me es insoportable verte y me repugnan tus palabras, no son para mí, eso lo sé y es ese mismo hecho el que hace que esas palabras dulces me enfermen.

No puedo soportarlo más, no puedo soportarte más, me hundo en mis pensamientos autodestructivos y así mato mis esperanzas junto con tus recuerdos y los míos. Me duele ser lo que soy, me duele verme así pero en el fondo me alegra que todavía pueda sentir algo que no sea lastima de mi misma o ese amor obsesivo que tengo hacia a ti. De todos modos no hay nada que pueda hacer, te perdí y me perdí, ya no tengo vida, se ocultó en la oscuridad del silencio y nadie es lo suficientemente valiente para buscarme allí.



Estoy podrida y al final, tu te pudres conmigo.

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